El pasado 1 de octubre, los alumnos de 4º ESO y Formación Básica acudieron a la Casa de la Cultura para asistir a un interesante monólogo que profundiza sobre las múltiples violencias de género.
Os dejo las reflexiones que le ha sugerido esta obra a una alumna de 4º ESO

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Desde hace siglos ha habido un sexo que ha estado por encima del otro, siempre ha existido un sexo dominante y uno dominado. Tal y como se dijo en el monólogo, el sexo masculino era, y sigue siendo, el dominante, y el sexo femenino, el dominado.
Frente a ello surgió el feminismo que no busca ser el sexo dominante sino romper la barrera entre dominado y dominante y que no tengamos que ejercer en ningún momento esos papeles.
Aquellas sufragistas de 1848 luchaban por tener derecho al voto; hoy en día las mujeres luchamos por tener los mismos privilegios que los hombres.
Luchamos por no tener miedo a ser violadas al salir solas a la calle, ya sea de día o de noche. Porque el hombre no tiene miedo de salir solo a la calle y que un grupo de mujeres le agarren y le agredan sexualmente. Ellos no tienen miedo porque no se les ha enseñado a vivir con él, y si lo tenían recibían un “no seas una nenaza” o un “eso es de niñas, se valiente y compórtate como un hombre”, haciendo ver que ser una mujer era algo malo, que comparar un hombre con nosotras, les hacía ser menos hombres.
Luchamos por tener una pareja que de verdad nos aprecie, que no nos diga como debemos vestirnos, ni si nuestro vestido es demasiado corto o tiene mucho escote; que nos diga que no salgamos así a la calle porque otros chicos nos van a mirar, como contaban en el monólogo. Pues si nos dice eso no es porque nos quiera; lo dice porque se cree con él derecho de decirnos cómo debemos vestirnos o con quién debemos salir. (Y es que todas crecimos viéndonos a través de una mirada masculina, pensando si ese vestido negro que tanto nos gusta, le gustará a él también o si dirá que vamos provocando).
No queremos vivir con miedo a que nuestras parejas se conviertan en monstruos y nos maltraten, que nos hagan vivir en un infierno, ni que traten de matarnos y en muchos casos lo consigan.
Si luchamos es porque queremos cambiar, porque a partir de ahora no nos vamos a callar, queremos que se nos escuche y que al igual que las sufragistas feministas, conseguir que se nos respete y dejemos de ser dominadas.
Lucía García Rubia. 4º ESO B
Estupendo artículo